Aquí os dejo el inquietante correo que recibí recientemente y que iba dirigido a vosotros. Viene del futuro y lo firma un tal Zuff, de la constelación Alfa.
Voy a hablaros de un planeta lejano y azul
llamado, como sabéis, Tierra. Desde hace miles de años está habitado por unos
extraños seres empeñados en destruirse por fuera y por dentro. Pero será mejor
que me presente. Me llamo Zuff y vengo de la constelación Alfa. Según el
calendario terrestre, me encuentro en el año 3050. He decidido ponerme en
contacto con vosotros pues considero que el asunto os incumbe, como ciudadanos
que aún sois del planeta Tierra
Hace unos dremas, así contamos nosotros el
tiempo, recibí una inquietante carta, cuyo remitente se mantenía en el
anonimato. Al abrirla, imaginaos cuál fue mi sorpresa comprobar que se trataba
de un terrícola que quería enviar al Universo un último y desesperado grito de auxilio
ante lo que él mismo interpretaba como el fin de los Hombres-hombres. La carta
tenífecha de 23 de marzo de 2030, y bien por el
deficiente funcionamiento del correo intergaláctico, bien por los caprichos del
Tiempo y su juguetona relatividad, lo cierto es que la carta llegó un milenio
después. Yo conocía algunos, más bien escasos, detalles de la historia de la
civilización humana que descubrí en los primeros cursos de mi aprendizaje en la
Escuela Mayor de Desarrollo Intelectual. Con todo, la asignatura "Otras
Galaxias" nunca fue mi fuerte; prefería la "Teoría y práctica
Estelar" que desde antes del nacimiento nos enseñaban en los Cursos de Incubadora a Distancia.
Bueno, a lo que iba. El autor de la carta me
explicaba cuál había sido la historia de la Humanidad hasta que ocurrió la
desgracia. Los terrícolas nacían pequeños en cuerpo e inteligencia y con el
tiempo iban desarrollándolos mediante la comida y el conocimiento. Abandonaban
la infancia -Hombres-niños- y se convertían en adultos, en Hombres-hombres.
Extraños son, sin duda, estos seres ya que nosotros nacemos con la inteligencia
y el cuerpo convenientemente programados desde le nacimiento. Este era, pues,
el proceso natural de los humanos que siglo tras siglo repetían para la
perpetuación de la especie. Inventaron la palabra felicidad para nombrar la
equilibrada adecuación entre el desarrollo corporal y mental; "mens sana
in corpore sano" aprendieron de una de sus culturas más sabias y
ancestrales.
Pero
poco a poco, los humanos fueron abandonando el desarrollo de la inteligencia y
sólo cuidaban de todo aquello que atañía al cuerpo. Se preocupaban así de comer
y beber en abundancia, de mantenerse “en forma”, de la moda, de la belleza, del
dinero, de las máquinas ... y olvidaron la cultura, alimento de la mente.
Crecían y crecían sus cuerpos mientras su cerebro se mantenía, de por vida,
idéntico al tamaño de un bebé. La Tierra dejó de estar habitada por los
Hombres-hombres y surgieron, en su lugar, los Hombres-bonsáis, enormes y bellas
criaturas por fuera, pero deformes y enanas por dentro. Destruyeron los libros,
considerados drogas peligrosas, cerraron las escuelas, prohibieron palabras
como lectura y estudio, impidieron que el cerebro humano creara universos
fantásticos y como consideraban que el pensamiento hacía libres a los hombres,
lo borraron de sus mentes.
Pero no os dejéis llevar por la tristeza.
Quiero acabar con un mensaje de esperanza: aún estáis a tiempo de evitarlo.
Esta carta os la envío desde el futuro y, gracias al astrofax, calculo que os
llegará en septiembre de 2019. En vuestras manos está conseguir no convertiros
en Hombre-bonsáis. No podéis imaginar la suerte que tenéis al poder crecer
aprendiendo. Como os dije, nosotros nacemos conociéndolo todo y, por tanto, no
experimentamos ese infinito placer que supone descubrir cada día algo nuevo que
nos ayude a entender mejor el mundo y a nosotros mismos. Tras cada palabra,
tras cada nueva página de un libro se os debe abrir un mundo lleno de sugerencias
que no sólo os hace más inteligentes sino, lo que es más importante, más
humanos.
Por favor, espero que me respondáis y me
digáis qué pensáis hacer con vuestro presente y vuestro futuro, después de
haber leído la presente carta. ¿Consentiréis convertiros en hombres-bonsái?
Firmado: Zuff
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3 comentarios:
Hola Fernando, ¡enhorabuena! he disfrutado mucho oyéndolo y reflexionando sobre cómo utilizarlo, con su permiso, en mis clases de lengua y literatura "por esos cerros de Úbeda" Un saludo. Mª José.
Gracias, María José, por tus palabras. Por supuesto que puedes usarlo en tus clases. Espero que tus visitas a mi blog te sean siempre tan provechosas. Saludos.
Es una pequeña historia de mucho temor ya que lo que cuenta da un poco de miedo y espero que no pase en la realidad .Espero que lo oigan mas personas ya que es tan entretenido un saludo José.
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